viernes, 14 de diciembre de 2012

magos de oriente u ocidente

Queridos Reyes Magos, En primer lugar, Que la ayuda que el mundo entero se está esforzando en ofrecer llegue efectivamente y consiga sortear los repugnantes impedimentos de nuestros gobiernos y los suyos. Que las divagaciones inútiles sobre cómo prevenir lo imprevisible no distraigan de las imprescindibles actuaciones para paliar lo que ya ha ocurrido. Quedan meses, si no años, de trabajo para recuperar simplemente el precario estado en que se encontraban aquellos países antes de la tragedia. Más aún para que se consiga lo más deseable, lo más útil en la prevención y la recuperación ante las catástrofes naturales: el disfrute de la libertad de información, investigación y actuación de los ciudadanos en Democracia. Mejora de las infraestructuras, construcciones fiables, protocolos de actuación ante emergencias, pueden reducir mínimamente los daños (¿cuántas personas son el 1% de 150.000?). Pero no quiero caer en lo que critico, ante lo inevitable sólo cabe recuperarse, ya, cuanto antes, con la mejor disposición para recibir las ayudas, y los mínimos obstáculos políticos y burocráticos. No me cabe duda de que las labores de rescate y reconstrucción se llevarían a cabo de forma más eficiente en democracias libres, ese gran regalo diferencia a un japonés de un iraní, no otra cosa. A las víctimas del terrorismo, de España y de fuera, de ETA y del islamismo, de hoy y de ayer, enviadles un abrazo de mi parte, a todas, a todas igual. A quienes justifican el terrorismo, a quienes distinguen entre unas víctimas y otras, a quienes condenan a unos verdugos pero explican a otros, a quienes responsabilizan a sus gobernantes de las acciones de los asesinos, dejadles un buen puñado de mi más sincero desprecio. Dos regalos que no son incompatibles, por desgracia. Y para España, mientras siga siéndolo, os pido unos gobernantes con la décima parte del sentido común, la solidaridad y el respeto que tienen sus ciudadanos entre sí. Unidad y respeto por las reglas que todos aceptamos y estabilidad para afrontar la unión de Europa como alianza de ciudadanos, y no de civilizaciones, nacionalidades, comunidades nacionales y demás inventos. También pediría una política exterior coherente, una economía fuerte y una gestión inteligente, mejor educación, sanidad, justicia, infraestructuras, menos impuestos, subvenciones, burocracia, más libertad de horarios, de expresión, de acción, y reacción, de creación y recreación. No me preguntéis cómo conseguir todo eso, con el gobierno que tenemos, vosotros sois los magos... A Rajoy dejadle un despertador.

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